🧦 Local
El mes pasado falleció un hombre de mi barrio, de los de toda la vida. Todavía no se había jubilado. Llevaba desde que tengo memoria en el mostrador de la mercería que hay a cuatro pasos de casa de mi madre. Creo que la última vez que acudí a ella debía tener 20 o 21 años.
Tras enterarnos de su muerte, comiendo en familia, y comentarla con pena, llegaron los pequeños recuerdos reconfortantes sobre momentos con él. Mi hermana comentó que en una ocasión fue a su tienda a pedir un pijama de hombre y otro de mujer. La conversación fue tal que así:
El de hombre, ¿para quién es, para tu marido?
Claro, jajaja, ¿para quién si no?
Ay, no sé, a lo mejor era para tu hermano.
Se puso a rebuscar en un cajón.
Entonces llévate este.
Esa frase tenía significados adicionales: estaba entregando directamente la talla de mi cuñado, y el diseño que pensaba que más podía gustarle. No tuvo ni que preguntar. Tampoco es que fuéramos amigos íntimos, simplemente en mi familia somos vecinos y clientes ocasionales.
Me sentí bastante tonto al escuchar esta anécdota. Como decía, seguramente hace más de diez años desde la última vez que acudí a esta mercería. Vale que no es un tipo de establecimiento que yo frecuente y que en este tiempo pasé más de ocho años viviendo fuera de Torent, pero seguramente muchas de mis compras de ropa interior y similares por Amazon hubiese podido hacerlas aquí. No fue el caso.
Por eso me sentí tonto. No quiero caer en la demagogia habitual sobre favorecer el comercio local y poner freno a las grandes tecnológicas, pero verdaderamente me hizo preguntarme por las consecuencias de mis decisiones. Sobre en qué momento un algoritmo que me ofrece unos auriculares al día siguiente de comprarme otros era algo que debía priorizar sobre conversaciones como la de este hombre, que sabe qué talla usa cada miembro de tu familia y deduce qué diseños les gustarán más o menos.
Se me suele llenar la boca hablando de Torrent y de Valencia, pero siento que mis palabras estarían menos vacías si favoreciese los negocios de mi gente y no los de la quinta empresa más valiosa del mundo. Que se me puede replicar que ese pijama comprado online también lo puede empaquetar un tipo en la sede logística de Paterna y traérmelo a casa un conductor que será de Picanya, Alcàsser o Picassent. Pero los beneficios no se quedan aquí. Y ninguno pregunta por nuestras cosas mientras lo envuelve ni nos sugiere un modelo con un tino que ningún algoritmo puede alcanzar.
Ahora, por cierto, que he de renovar una parte de la vajilla de casa, solo contemplo una opción, la de otro comercio familiar que lleva décadas en Torrent. Curiosamente, su dueño también falleció el año pasado.
3 recomendaciones
❓ "¿Cuál es tu momento 'oh, lo dices en serio...'?" (/r/AskReddit es genial). Mi respuesta favorita: "Una anciana me preguntó cuándo le haría crecer su pierna después de una amputación".
🍿 Orange is the New Black (Netflix). Vi sus primeras seis temporadas conforme iban siendo publicadas, por algún motivo me ha costado tres años ver la séptima y última. Ha merecido la pena, los personajes están increíblemente bien escritos y la combinación de crudeza y sensibilidad siempre me atrapan.
🎬 Pixel Quiz. Adivina la película a la que hace referencia el pixel-art. Ni la mitad he sacado.