El 7 de enero de 2013 cogí un tren destino Madrid sin billete de vuelta. Tenía 22 años y una oportunidad laboral que me llegó de rebote, sin esperarlo, justo en el peor momento de destrucción de empleo de aquella crisis. Además, hoy veo a gente de 18-22 años acostumbrada a volar a otros países, a manejarse en otras culturas, a tener el culo pelado de moverse por muchas ciudades. Creedme: no era mi caso.
🌍 Madrid
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El 7 de enero de 2013 cogí un tren destino Madrid sin billete de vuelta. Tenía 22 años y una oportunidad laboral que me llegó de rebote, sin esperarlo, justo en el peor momento de destrucción de empleo de aquella crisis. Además, hoy veo a gente de 18-22 años acostumbrada a volar a otros países, a manejarse en otras culturas, a tener el culo pelado de moverse por muchas ciudades. Creedme: no era mi caso.