Cuando cambié el monitor que uso para trabajar, adjudiqué el mío anterior a mi mujer, quien siempre trabaja directamente sobre la pantalla de su MacBook. El mío no era un mal monitor —27 pulgadas, 4K—, pero no hubo forma de que ella lo usara. Así que, contrariado por verlo como un carísimo y enorme pisapapeles, acabé rescatándolo para introducirlo de nuevo en mi despacho.
Siempre trabajo con el monitor —28 pulgadas, un poco más que 4K porque su proporción es 3:2, no 16:9—, y solo con el monitor. Mi MacBook Pro pasa todo el tiempo cerrado, solo uso su pantalla cuando he de trabajar con él fuera de mi escritorio.
Pensé en usar ambos, uno junto a otro.
Superado el choque de ver esos dos monitores juntos, cada uno con unas dimensiones y un diseño, quise probar esa forma de trabajar.
Fue una mala idea.
Pasé así unas semanas. El problema no estaba en el día a día, sino en darme cuenta a posteriori de que mi atención había cambiado. A peor.
Tener tanto espacio de trabajo hacía que lo fuese llenando de ventanas para tener cuantas más abiertas y a la vista, mejor.
En el monitor principal usaba Slack, Spark, Safari, Firefox, Craft y Spotify. En el monitor secundario, iMessage, WhatsApp, Fantastical y Things. Además de aplicaciones de apertura puntual, como Pixelmator, Hindenburg, Excel, Discord, Reeder…
La consecuencia de usar dos monitores fue que había disparado mi sensación multitarea, la cual es engañosamente satisfactoria. He vuelto a usar solo el de 28 pulgadas y a no pretender llenarlo tanto de reclamos simultáenos.
Hace unos años me encantaba sentir que “multitarea” era una palabra que me definía, pero cada vez tengo más claro que ser multitarea es una trampa para el cerebro. No es imposible que dejemos de hacer un buen trabajo si en un momento puntual atendemos a una conversación de WhatsApp, pero es inevitable que nuestra productividad se resienta si estamos permanentemente expuestos a más de una docena de ventanas, cada una con sus notificaciones, sus estímulos y sus interrupciones.
Los ratos de esparcimiento son positivos, pero no pueden ser tangenciales a lo largo del día y constantes a lo largo de la semana. A cualquiera le gusta en un momento dado despreocuparse del rumbo de su barco y tumbarse en la popa a tomar el Sol, pero si se convierte en un hábito que practicamos diariamente y sin orden, llegarán los retrasos en la ruta y los cuadernos de bitácora incompletos. Lo mismo con la falsa sensación de productividad que da mirar tres obligaciones simultáneamente: aunque sean obligaciones, la calidad decaerá por hacer girar los tres platos a la vez.
Ser monotarea en según qué trabajos es imposible, sobre todo cuando uno no tiene la opción de decir al resto del equipo “apago el WiFi por hoy chicos, ya si eso os respondo mañana”. O “cierro el Slack que me distraéis, si queréis algo urgente me hacéis un llamacuelga”. Dicho eso, sí podemos al menos acercarnos a ello y apagar ciertas interrupciones evitables, que las carga el diablo.
3 recomendaciones
🧮 Sumplete. Un juego, se supone, creado y programado por ChatGPT. Una mezcla de Sudoku y Wordle basada en sumas.
🍄 The Last of Us (HBO Max). Terminada la primera temporada, ahora sí que sí. 9/10.
🧰 Notion. Lo he demorado muchísimo, pero por fin he llegado a esta herramienta que alcanza la cota de secta. Estoy dentrísimo.
Hola Javier, gracias por la newsletter. En casa uso un monitor HP de 32, con espacio suficiente para dividir. En mi trabajo de funcionario público toda mi vida he usado un único monitor. Hace algo más de un año comencé a usar dos y mi experiencia es la inversa a la tuya. En mi experiencia dos monitores me aportan más productividad. Pero no los uso en “multitarea”, sino que para una tarea, uso ambos. Por ejemplo, trabajando en un expediente, en un monitor tengo abierta la aplicación de Gobierno Vasco donde tenemos las historias sociales de las familias y en el otro nuestro gestor de expedientes municipal. Para el mismo trabajo dos fuentes abiertas donde veo cosas distintas y donde debo anotar cosas distintas o hacer procesos distintos de una misma persona o familia. Eso en lugar de andar bajando y subiendo de la barra de tareas cada programa. Y pudiendo cortar algo de un lado y pegarlo en el otro con un simple arrastre. Creo que la productividad no se resiente por el número de pantallas, sino por el tipo de apps o servicios que decidimos abrir. Esa es mi experiencia. Un abrazo.
¡Hola! Me ha llamado la atención lo de Notion siendo usuario de Craft, ya que las veo bastante parecidas. ¿Dejas Craft o les vas a dar usos diferentes?