Antes que nada, disculpad el pequeño retraso. 💫 Alguien 💫 olvidó programar la newsletter.Hace unos años tenÃa cierta antipatÃa por Google. Su forma de entender la tecnologÃa y el diseño no encajaba con la mÃa y no me gustaban mucho sus productos —sobre todo en el aspecto visual—, sus presentaciones públicas ni otros aspectos de la empresa. Para mà era casi como el llanto de un bebé: una molestia necesaria.Años después, un poco menos gilipollas señorito, mi percepción sobre Google se ha girado por completo. En la historia de Google hay muchos productos que, más allá del mucho y gran trabajo que tienen detrás, solo han podido llegar a cierta magnitud con una inevitable dosis de suerte. Cuando uno revisa su historial de productos y servicios comprueba fácilmente que muchos de ellos cayeron pronto en el olvido.Sin embargo, no se conformó con un gran éxito del que podÃa haber vivido (y muy bien) durante mucho tiempo. TenÃa un buscador que casi cabalga en solitario, tenÃa un correo que arrasó a la mayorÃa de sus competidores. Pero nunca han dejado de ir a por más.En el porfolio de Google, enmarcados en la división "Otras apuestas", hay proyectos como Verily o Calico, destinados a investigar en torno a la longevidad y la calidad de vida humana a nivel de salud, y a detener el envejecimiento y sus enfermedades asociadas respectivamente.Ambos (hay varios más) llevan muchos años dentro de Google sin darles un duro, sin garantÃas de que vayan a poder convertirse en proyectos rentables. Claramente Google no estarÃa invirtiendo en ellos si no pensase que hay alguna probabilidad de sacar plata de ahÃ, y lo que les cuesta alimentarlos equivale a un error de redondeo en la facturación anual de toda la empresa. Pero me parece loable el empeño.En el pasado hubo proyectos que naufragaron, como Wave (curiosamente, un adelantado a su tiempo de lo que fueron después Notion, AirTable y compañÃa), Glass, Google+ o un Stadia que lleva exactamente ese camino. No importa: prefiero que quien puede permitÃrselo (¡como Google!) arriesgue e innove incluso sin certeza de que tendrá parné de vuelta.Es algo que aprecio como cualidad: no anclarse en lo que a uno ya le funciona e insistir desde varios frente para continuar innovando. Hay muchos ejemplos de empresas tecnológicas que, con grandes éxitos iniciales en los 90 y los 2000, nunca supieron hacer evolucionar el producto con el que dieron en el clavo. Hoy están muertas. O peor: vivas, pero empadronadas en el cajón del olvido.
🔎 Google
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Antes que nada, disculpad el pequeño retraso. 💫 Alguien 💫 olvidó programar la newsletter.Hace unos años tenÃa cierta antipatÃa por Google. Su forma de entender la tecnologÃa y el diseño no encajaba con la mÃa y no me gustaban mucho sus productos —sobre todo en el aspecto visual—, sus presentaciones públicas ni otros aspectos de la empresa. Para mà era casi como el llanto de un bebé: una molestia necesaria.Años después, un poco menos gilipollas señorito, mi percepción sobre Google se ha girado por completo. En la historia de Google hay muchos productos que, más allá del mucho y gran trabajo que tienen detrás, solo han podido llegar a cierta magnitud con una inevitable dosis de suerte. Cuando uno revisa su historial de productos y servicios comprueba fácilmente que muchos de ellos cayeron pronto en el olvido.Sin embargo, no se conformó con un gran éxito del que podÃa haber vivido (y muy bien) durante mucho tiempo. TenÃa un buscador que casi cabalga en solitario, tenÃa un correo que arrasó a la mayorÃa de sus competidores. Pero nunca han dejado de ir a por más.En el porfolio de Google, enmarcados en la división "Otras apuestas", hay proyectos como Verily o Calico, destinados a investigar en torno a la longevidad y la calidad de vida humana a nivel de salud, y a detener el envejecimiento y sus enfermedades asociadas respectivamente.Ambos (hay varios más) llevan muchos años dentro de Google sin darles un duro, sin garantÃas de que vayan a poder convertirse en proyectos rentables. Claramente Google no estarÃa invirtiendo en ellos si no pensase que hay alguna probabilidad de sacar plata de ahÃ, y lo que les cuesta alimentarlos equivale a un error de redondeo en la facturación anual de toda la empresa. Pero me parece loable el empeño.En el pasado hubo proyectos que naufragaron, como Wave (curiosamente, un adelantado a su tiempo de lo que fueron después Notion, AirTable y compañÃa), Glass, Google+ o un Stadia que lleva exactamente ese camino. No importa: prefiero que quien puede permitÃrselo (¡como Google!) arriesgue e innove incluso sin certeza de que tendrá parné de vuelta.Es algo que aprecio como cualidad: no anclarse en lo que a uno ya le funciona e insistir desde varios frente para continuar innovando. Hay muchos ejemplos de empresas tecnológicas que, con grandes éxitos iniciales en los 90 y los 2000, nunca supieron hacer evolucionar el producto con el que dieron en el clavo. Hoy están muertas. O peor: vivas, pero empadronadas en el cajón del olvido.