⏱️ Mínimo

Estableciendo máximos y mínimos al revés de como me saldría de forma natural.

La matriz de Eisenhower, bautizada así por el expresidente de Estados Unidos que se ganó el puesto durante su carrera como militar, propone una división de todas nuestras tareas en un cuatro grupos: las importantes y urgentes (hay que hacerlas de inmediato), las importantes pero no urgentes (hay que agendarlas), las urgentes pero no importantes (si podemos, mejor delegarlas) y las que no son urgentes ni importantes, las cuales deberíamos eliminar de nuestra vida.

Imagen: #musostudy.

No voy a desarrollar aquí nada sobre ella, pero sí a hacer una consideración sobre los cuadrantes rojo, naranja y verde. A cuento de unos comentarios que leí hace unos días en Reddit y a los que no di mucha importancia en ese momento, pero con el paso de la semana me ha venido a la cabeza varias veces: reserva el mínimo tiempo posible para las tareas que realmente quieres hacer, y bloquea un tiempo máximo para las que tienes que hacer.

En el grupo de las primeras están aquellas que hacemos porque sabemos que construyen nuestro yo a largo plazo. Leer cada día o al menos varias veces por semana, hacer deporte, dedicar tiempo a la comida que vamos a comer, desde ir a comprarla eligiendo el género hasta prepararla… En el cuadrante de arriba, rojas y quizás naranjas.

En el grupo de las segundas están las que hacemos porque no nos queda otra, como los meros trámites del día a día. Añadiría también las que realmente nos apetece hacer pero sabemos que no nos aportan gran cosa. En mi caso, un ejemplo es jugar a videojuegos: podría pasarme muchas horas del día haciéndolo, pero me limito para no destinar a ellos más de cuatro horas por semana por mero coste de oportunidad. Las horas del día son limitadas, las que paso con el mando en la mano no estoy leyendo o haciendo deporte, y la casa no se limpia sola. Prioridades. En el cuadrante de arriba, verdes y quizás naranjas.

Le he estado dando vueltas a este concepto y he dedicado un rato a tratar de localizar el origen de esa frase, pero la leí desde el iPhone usando Apollo, así que ni siquiera puedo tirar de historial o de una herramienta para rescatar-cualquier-cosa que tengo en el Mac (oyentes del podcast, pronto hablaré de ella).

Y ahora estoy obsesionado con aplicar esa norma cuando voy rellenando huecos en el calendario (siempre dejando un colchón, claro). ¿Media hora de lectura? Vamos a fijar una hora y ya veremos qué pasa. ¿Limpiar la casa? Siendo realista me llevará no menos de dos horas, así que voy a guardar exactamente dos horas y ni un minuto más. Eso sí, nada de ir al trantrán ni de hacer paraditas estratégicas a ver qué se cuenta Twitter.

¿Cocinar en media hora? Pongamos cuarenta y cinco minutos y me ahorro prisas, disfrutaré más del proceso. ¿Darle al Football Manager y reverdecer los laureles del Valencia? Una hora está bien, pero no más.

Y en esas estoy, estableciendo máximos y mínimos al revés de como me saldría de forma natural.

3 recomendaciones

⚛️ Construyendo buenos hábitos. James Clear, autor del fantástico libro ‘Hábitos atómicos’, da algunas claves para lograr nuestros propósitos en este arranque de año.

🤖 Notion AI. Conseguí acceso a este producto en alpha esta semana, y aunque no hace mucho di el salto a Craft, que también integra IA vía GPT-3, quería ver de lo que es capaz la versión de Notion. Mis primeras pruebas en ella son bastante buenas, salvo, curiosamente, el resumen de textos largos.

🐵 Monos estocásticos. Matías Zavia y Antonio Ortiz han creado este proyecto en forma de podcast y newsletter donde hablan de IA.